La inflación de junio fue 2,2% y acumuló una suba de 13,6% en el primer semestre
Con un dólar oficial moviéndose a cuentagotas, servicios públicos congelados hasta fin de año, paritarias canceladas por la pandemia y en un marco de una profunda recesión, la inflación fue en junio de 2,2% y acumuló en la primera mitad del año un avance de 13,6%.
Inflación (IPC)
El índice de precios al consumidor (IPC) mide la variación de precios de los bienes y servicios representativos del gasto de consumo de los hogares.
2,2%
VARIACIÓN MENSUAL 06/2020 – 05/2020
El Indec informó hoy que el índice de precios al consumidor (IPC) sumó en la marca interanual una suba de 42,8%. El indicador núcleo -que no contempla alzas en los valores estacionales ni en aquellos regulados oficialmente y hoy pisados- aumentó un 2,3%, un escalón por encima de lo que había mostrado ese mismo indicador en abril y mayo.
A fines de junio, las consultoras privadas que participan del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central (BCRA) esperaban una inflación minorista a diciembre de 37,2% interanual, una baja de 1,5 puntos en junio con relación al informe de mayo. Para el mes pasado, la encuesta que hace la entidad que dirige Miguel Pesce esperaba un alza de 2%.
El IPC de junio mostró aumentos en el capítulo de Alimentos y bebidas (el más importante del índice) de 1%, la mitad que el que mostró el nivel general. Las mayores subas se registraron en Prendas de vestir y calzado (6,6%) y en Recreación y cultura (4,2%), dos rubros afectados por distorsiones de la cuarentena. Le siguieron Equipamiento y mantenimiento del hogar (4,1%), impulsado por expectativas de devaluación, y unas décimas detrás, Bebidas alcohólicas y tabaco (3,8%).
La incógnita a mediano plazo sobre la evolución de la inflación gira ahora en torno a si el Gobierno logrará mantener una desaceleración tras una importante inyección de liquidez vía emisión monetaria en medio de la pandemia -parte absorbida por la deuda emitida por el Ministerio de Economía en pesos; parte por instrumentos del BCRA- en momentos en que el Ejecutivo dice que la actividad repunta (por la flexibilización de la cuarentena) frente a abril, mes de mayor caída interanual de la economía en la historia.
Por caso, el Ministerio de Desarrollo Productivo presentará mañana algunos datos del Centro de Estudios para la Producción (CEP) que muestran que el consumo con el programa Ahora 12 mejoró desde abril en todo el país, pero en mayor medida en las zonas en las que rige el distanciamiento -y no el aislamiento- social. En la primera quincena de junio, según los números oficiales, las ventas con ese programa volvieron a niveles similares a los de la primera quincena de marzo. Si se mira sólo el AMBA, esas ventas están un 8% por debajo de ese período.
Para el Gobierno, hoy hay un país a dos velocidades. Mientas el consumo de cemento -dirá el CEP- cayó 79,9% en la Ciudad de Buenos Aires y 47,9% en el conurbano en junio, en el noroeste y noreste se registraron alzas interanuales para una actividad que, vale aclarar, viene de niveles muy bajos. Más allá de las diferencias, junio muestra para las autoridades que trabajan en los semáforos de producción una desaceleración de la caída de la economía que, sin embargo, mostrará este año una depresión histórica, según todas las proyecciones.
Poco se conoce de qué dice el informe de CEP sobre julio, cuando volvió la cuarentena más restrictiva, pese a que ese mes gran parte de la industria de todo el país (vinculada a la exportación, esencial, procesos continuos, y parques industriales) se mantuvo abierta, incluso en las zonas de mayor aislamiento (en el AMBA). No pasó lo mismo con la construcción privada (el 75% del sector) ni con los comercios en esa zona, donde debieron cerrar.
Cómo va a encajar ese leve repunte con el billón de pesos emitidos en los primeros cinco meses del año para asistir al Tesoro por el Banco Central es una incógnita. El fin de semana, en una entrevista con LA NACION, el ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguró que mira con atención la política monetaria y que el Estado cuenta con herramientas para retirar liquidez en caso de que surjan peligros de un “fogonazo inflacionario”.
El Gobierno informó hoy además que, tras cuatro meses de congelamiento total en 23.000 precios en los supermercados -principalmente las grandes superficies-, permitirá a las empresas aumentos de hasta 4,5%. Además, avalará alzas para los productos dentro del programa Precios Cuidados, que llegan hasta el 6% (estaban congelados desde diciembre).
Los analistas privados miran también la presión que ejercen sobre los precios tanto la brecha entre el dólar oficial y los alternativos en el marco de la negociación de la deuda con acreedores privados. Todo en momentos en los que crecen la expectativa de devaluación y los controles del Gobierno sobre los compradores minoristas de dólares y el comercio exterior.
“La tasa de inflación en junio resultó 0,7 puntos superior a la de mayo, si bien mayor, aún no capta plenamente el crecimiento en la masa monetaria, que a fines de junio crecía anualmente al 57% contra una inflación del 43% los últimos 12 meses”, afirmó a LA NACION, Marcelo Capello, economista jefe del Ieral.
“Esto tiene que ver con la contención que generan los precios regulados, al menos por ahora, pero especialmente con el rezago que suele tener la expansión monetaria sobre la tasa de inflación. Si una vez superado en gran medida el problema económico que generó la pandemia, el déficit fiscal se mantiene alto en el tiempo, en lugar de resultar transitorio, y dicho déficit se sigue monetizando como en estos meses, seguramente el efecto sobre la tasa de inflación será ya mayor”, señaló.
“Este 2,2% a nivel nacional está un poco arriba de lo se esperaba”, afirmó a este medio el economista Camilo Tiscornia. “Lo más preocupante es que cuando vas a la inflación núcleo te da más que el 1,5% que veían mostrando los dos meses anteriores”, agregó. “Estás un escalón más arriba en un mes flojo en cuanto a la actividad económica, pero que la mostró repuntando. La economía mejoró un poco y ya aparece más presión inflacionaria. Este es el temor que todos los economistas tenemos sobre el final de la cuarentena”, cerró.
“Los precios sobre los que tiene cierto control el Gobierno son los que menos están subiendo, un 25,2% en la medición interanual de junio, e incluso vienen de anotar dos bajas consecutivas en las mediciones mensuales de abril y mayo y una variación mensual de +0,7% en junio”, indicaron en un informe Nadín Argañaraz y Bruno Panighel, economistas del Iaraf.
“A partir de julio 2019 comenzó un atraso relativo de los precios de servicios públicos y varias políticas de congelamientos dictados desde el Poder Ejecutivo. Estas medidas se profundizaron en 2020 y el resultado es un índice de precios regulados que se crecen 18 puntos porcentuales por debajo del nivel general de precios”, completaron los analistas.